Arturo, Jacques Bonhomme, el preste Juan, la papisa Juana, Melusina, Merlín y Viviana, Renart, Roldán y el mismísimo Satanás, al cual tampoco se le hacía mucho caso en los orígenes del arte cristiano: durante los siglos vi y x todavía no era un monstruo repul-sivo" (Mateos, 2014: 5).