Las violencias, de cualquier tipo y origen, tienen un impacto negativo significativo en todas las personas involucradas, tanto en la víctima como en el perpetrador. Se resalta que las violencias afectan diversos aspectos, como la seguridad personal, la capacidad de socialización, el futuro y el significado de la vida. Se reconoce que las violencias pueden tener múltiples factores desencadenantes, ya sean externos, como escenarios de corrupción e impunidad, o internos, como dinámicas de mentalidad.