El Realismo Social ecuatoriano, que se desarrolló en la década de 1940, se caracterizó por la profunda desigualdad económica, las luchas laborales, los cambios políticos, la influencia de movimientos literarios internacionales y la preocupación por las condiciones de vida de las poblaciones indígenas en Ecuador. Estos factores influyeron en la literatura y el arte del movimiento, que buscaban reflejar y criticar la realidad social y política del país en ese período.