La reparación del ADN es esencial para mantener la integridad genómica. En eucariotas, como en células humanas, hay diversos mecanismos de reparación del ADN, incluyendo la reparación por escisión de nucleótidos, la reparación por recombinación homóloga y la reparación por unión de extremos no homólogos.
En contraste, las células procariotas, como las bacterias, emplean mecanismos de reparación como la reparación por escisión de nucleótidos y la reparación por emparejamiento de bases. La principal diferencia radica en la complejidad estructural y los detalles moleculares de estos procesos entre ambos tipos celulares.