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Primera guerra carlista (Dos opciones enfrentadas) - Coggle Diagram
Primera guerra carlista (Dos opciones enfrentadas)
1833
En 1833, tras la muerte de Fernando VII, se reactivó la dinámica de guerra y revolución que caracteriza el proceso de disolución del Antiguo Régimen en España.
Los sectores absolutistas partidarios de Carlos María Isidro, hermano del difunto rey, iniciaron una insurrección armada para impedir la consolidación del trono isabelino.
Esta derivó en una guerra civil, que no fue una simple cuestión dinástica, sino un conflicto de gran contenido social e ideológico.
Carlistas
Los carlistas se agrupaban ideológicamente bajo el lema Dios, Patria y Rey, que representaba los intereses del legitimismo absolutista (Altar y Trono)
la preeminencia social de la Iglesia, el mantenimiento de las estructuras económicas del Antiguo Régimen y la conservación de un sistema foral particularista frente a la centralización política liberal.
Zonas rurales
La sublevación se desplegó por zonas rurales del País Vasco, Navarra, parte de Cataluña, Aragón y Valencia. Contó con el respaldo social de sectores contrarios al liberalismo
aunque por diversos motivos: miembros del clero (desamortización), buena parte de la pequeña nobleza agraria (desvinculación y mayorazgos)
oficiales reaccionarios del Ejército, numerosos artesanos arruinados (abolición de los gremios) y campesinos arrendatarios.
Parte del campesinado se unió al carlismo ante el temor de verse expulsados de sus tierras por la reforma de la propiedad liberal y los nuevos impuestos estatales. Su comportamiento refleja una resistencia colectiva frente a las innovaciones en virtud de un pasado idealizado.
II
Causa isabelina
Sin embargo, la dinámica de guerra y los problemas económicos obligaron a ampliar esta base social comprometiendo a la burguesía (adquisición de bienes desamortizados) y a los sectores populares (participación en la Milicia Nacional)
a cambio de reformas en el régimen político. La guerra se convertiría en un acelerador del cambio político.
contó con el apoyo de la alta nobleza, de los funcionarios reformistas y de un sector de la jerarquía eclesiástica.
Dimensión internacional
En una Europa dividida entre absolutistas y liberales. Los carlistas recibieron el apoyo de potencias contrarrevolucionarias como Rusia, Prusia, Austria y Nápoles.
Mientras que los liberales recibieron la ayuda de Francia y el Reino Unido con las que firmaron la Cuádruple Alianza de 1834, que evidenciaba el interés de ambas potencias acreedoras por estabilizar los regímenes liberales.