Los cerdos poseen un aparato digestivo sencillo con sólo un compartimiento y que, a diferencia de los rumiantes, no son capaces de digerir los carbohidratos estructurales presentes en las plantas (Celulosa, Hemicelulosa y Pectina, las dos primeras constituyentes de la fibra). Por lo tanto, en estos animales, el consumo de fibra es limitado causando, un exceso, alteraciones digestivas.