Se parte de la idea de que, atendiendo la función visomotora, se pueden evaluar diferentes funciones, como la percepción visual, la motricidad fina, la memoria y la conciencia del espacio y el tiempo. Además, se cree que la percepción visual depende del grado de maduración del sistema nervioso central, con lo cual se podrían detectar problemas del desarrollo con este test.
Pese a que el enfoque del que parte sea hoy en día muy criticado, lo cierto es que el test de Bender se considera una muy buena herramienta para detectar problemas del desarrollo, considerándose una excepción dentro de los tests propuestos por la Gestalt.
Es un instrumento muy fiable y válido, y que además presenta alta correlación con otras pruebas psicológicas, entre ellas el WISC. Es muy usada también porque implica muy poca intrusión para los niños, puesto que lo único que tienen que hacer es copiar los dibujos del test.