Debido a la polaridad de su molécula, el agua se puede interponer entre los iones de las redes cristalinas de los compuestos iónicos, lo que origina una disminución importante de la atracción entre ellos y provoca su separación y, en definitiva, su disolución El agua también puede formar enlaces de hidrógeno con otras moléculas no ióni-cas, pero que tienen grupos polares (como muchas de las biomoléculas), y causa
asimismo su disolución.