En regiones muy cercanas a los polos, los ciclos de día y noche pueden variar significativamente a lo largo del año. Por ejemplo, en la ciudad de Tromsø, Noruega, que se encuentra al norte del Círculo Polar Ártico, experimentan el "día polar" en invierno, con un período prolongado de oscuridad continua, y el "sol de medianoche" en verano, con un período prolongado de luz diurna continua.