IDENTIDADES Y REPRESENTACIONES SOCIALES: LA CONSTRUCCIÓN DE LAS MINORÍAS
Alfonso García
El texto explora la complejidad de la identidad humana y cómo esta se moldea en entornos naturales y socioculturales específicos
2. CONSTRUIR LAS IDENTIDADES ES UN PROCESO INTERACTIVO
1. LA IDENTIDAD PERSONAL Y SOCIAL
La identidad es una noción paradójica que abarca tanto la unicidad personal como la pertenencia a grupos con valores comunes.
La construcción de la identidad involucra la interacción con otros y con el entorno, lo que genera una identidad propia y diversas identidades sociales y culturales.
La construcción de la identidad es un proceso complejo, que esta influenciado por interacciones a lo largo de la vida, especialmente las relaciones familiares en la niñez.
Estas interacciones afectan la formación de la personalidad y evolucionan con el tiempo a través de etapas sucesivas, haciendo que la identidad sea un proceso incompleto.
Definir "yo" y "identidad" es un desafío debido a su complejidad y multidimensionalidad. Los dos términos se basan en la pregunta existencial fundamental: "¿Quién soy yo?" y evolucionan a lo largo de la vida.
La construcción de identidades es un proceso interactivo que se extiende a lo largo de la vida de un individuo.
La identidad es personal como social, es influenciada por la historia familiar, la socialización y el entorno actual.
La familia establece las primeras identificaciones y normas, pero la identidad se expande a través de la interacción con la escuela y amigos, ajustando conductas y perteneciendo a diferentes grupos.
La socialización implica un proceso constante de ajuste y corrección de la identidad personal para que sea coherente con el grupo al que se pertenece.
Cada individuo posee múltiples identidades sociales debido a la diversidad de grupos de pertenencia o referencia.
Como consecuencia, las personas se convierten en "seres compuestos" influenciados por varios grupos de afiliación, lo que hace que ninguna identidad sea exclusiva.
3. LAS IDENTIDADES SOCIALES Y LA PERTENENCIA A GRUPOS MÚLTIPLES
Las sociedades contemporáneas se caracterizan por la multiplicidad de grupos a los que los individuos pertenecen, desde la familia hasta grupos extendidos como la escuela, la religión o la nación.
La identidad no es simplemente una acumulación de roles y afiliaciones, sino una totalidad dinámica en la que estos elementos interactúan.
La identidad se construye a través de la relación de adhesión o rechazo que el individuo establece con sus grupos de pertenencia, los grupos son diversos y su multiplicidad hace que la delimitación de los grupos sociales sea cada vez más compleja.
La identidad es plural debido a la multiplicidad de afiliaciones de cada individuo, lo que da lugar a identidades múltiples que, aunque a menudo complementarias, ocasionalmente pueden entrar en conflicto.
4. REPRESENTACIONES Y ESTIGMA
La importancia de las representaciones sociales y cómo influyen en la identidad y las prácticas sociales de los individuos.
Las representaciones sociales son conjuntos de conocimientos, creencias y opiniones compartidos por un grupo en relación con un objeto social.
Las mismas que guían nuestras acciones y ayudan a situarnos en el mundo.
Las representaciones sociales tienen un núcleo central, que está vinculado a los valores y las normas del grupo, y un sistema periférico, que se asocia con características individuales y es más susceptible de cambio.
Estas representaciones son estables, pero pueden transformarse a través de las prácticas sociales y el contexto inmediato.
Se enfatiza la relación entre representaciones y prácticas sociales, ya que nuestras acciones se guían por nuestras representaciones.
Cambiar las representaciones implica cambiar las prácticas sociales y viceversa.
En ciertas situaciones, las representaciones sociales pueden llevar a la estigmatización de individuos con características particulares, como discapacidades, orientación sexual o rasgos culturales distintos.
Esta estigmatización puede tener efectos negativos en la vida de estas personas.
5. IDENTIDAD CULTURAL Y ASIGNACIÓN RACIAL
La identidad cultural se caracteriza por su complejidad y fluidez, habiendo tenido diferentes definiciones a lo largo del tiempo.
Inicialmente, se consideraba que la identidad cultural era una característica prácticamente inmutable que se derivaba de la herencia cultural y era inherente a la pertenencia a un grupo. Seguidamente, se entendió como una construcción social más flexible.
Se menciona cómo algunas teorías primordialitas consideran la identidad cultural como algo que preexiste al individuo y está relacionado con su grupo de origen, lo que conduce a la naturalización de la pertenencia cultural.
Algunas teorías objetivistas tienden a definir la identidad cultural en función de criterios determinantes, como la lengua, la religión o la psicología colectiva.
Se argumenta que la identidad cultural no puede reducirse a una dimensión atributiva y que se construye en el contexto de las relaciones sociales.
La identidad se forma y transforma constantemente en interacción con otros grupos, y no todos los grupos tienen la misma autoridad para definirse a sí mismos.
Se destaca que la identidad cultural es una construcción social influenciada por relaciones de poder y que no puede reducirse a una esencia inmutable, señala cómo las categorías raciales y étnicas son utilizadas para mantener la supremacía de ciertos grupos y asignar características a los grupos subalternos.
La formación de la identidad comienza en la niñez, influenciada por la relación con la familia, en particular la madre. A medida que el individuo interactúa con otros y su entorno, su identidad se desarrolla y toma forma.