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Doctrina Social de la Iglesia
Principios de la doctrina social de la Iglesia
Dignidad de la persona humana
justa. Esto implica que, para que una sociedad pueda llamarse justa, en ella no pueden faltar a nadie las condiciones mínimas para desarrollar una vida verdaderamente humana
Bien común
El bien común es el “conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección.
Solidaridad
La solidaridad es una virtud y, a la vez, un principio rector del orden social. Como virtud, es mucho más que un mero sentimiento y consiste en “la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos.
Subsidiaridad
El principio de subsidiaridad debe mantenerse íntimamente unido al principio de la solidaridad y viceversa porque, así como la subsidiaridad sin la solidaridad desemboca en el particularismo social, también es cierto que la solidaridad sin la subsidiaridad acabaría en el asistencialismo que humilla al necesitado
Destino universal de los bienes
“Destino y uso universal no significan que todo esté a disposición de cada uno o de todos, ni tampoco que la misma cosa sirva o pertenezca a cada uno o a todos” . En este sentido la enseñanza social cristiana ha sostenido siempre la propiedad privada “absolutamente necesaria para la autonomía personal y familiar”.
Opción preferencial por los pobres
“la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8, 9)”.
Benedicto XVI, discurso inaugural Aparecida, 2007.
Participación
Esta participación se realiza en las tareas propias de cada uno (el trabajo, la familia) y a nivel ciudadano esta participación exige la responsabilidad de la activa participación en la vida pública(30).
Diálogo
La enseñanza social católica invita al diálogo y ofrece elementos para este diálogo entre los creyentes y la sociedad civil y política, así como entre los creyentes entre sí(38).
Valores de la vida social
La vida
A pesar de lo fundamental de este principio, no pocas veces criterios eficientistas e ideologías consiguen hacerse oídos en la sensibilidad de la cultura contemporánea proponiendo soluciones superficiales al drama de la vida humana.
La familia
Corresponde a la sociedad y a quienes tienen mayor responsabilidad en ella cuidar la familia estimular la estabilidad de la unión conyugal, acompañar en su rol educativo, ayudar a superar los riesgos que la amenazan(51).
Los derechos humanos
Los derechos humanos se fundamentan en la igual dignidad de todo ser humano, dada por Dios creador. Por consiguiente, “la fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador”(64).
El medio ambiente
La tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber, común y universal, de respetar un bien colectivo . La ciencia y la técnica deben un respeto al ser humano que va acompañado de un respeto a las demás creaturas(69).
La paz
La paz es la meta de la convivencia social(74). “Nadie puede desentenderse de una tarea de importancia tan decisiva para la humanidad. Es algo que implica a cada hombre y mujer, según sus propias competencias y responsabilidades”(75).
El trabajo
El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana(81).
¿Qué es la doctrina de la iglesia?
La doctrina social es el anuncio de fe que hace el Magisterio ante las realidades sociales. Recogida en un compendio, esa defensa se traduce en indicaciones, consejos y exhortaciones por las que la Iglesia anima a los cristianos a ser ciudadanos responsables.
La caridad es una «fuerza capaz de suscitar vías nuevas para afrontar los problemas del mundo de hoy y para renovar profundamente desde su interior las estructuras, organizaciones sociales y ordenamientos jurídicos.