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Doctrina Social de la Iglesia - Coggle Diagram
Doctrina Social de la Iglesia
¿Qué es la doctrina social de la Iglesia?
La doctrina social es el anuncio de fe que hace el Magisterio ante las realidades sociales.
El único objetivo de la Iglesia es “ayudar al hombre en el camino de salvación”
Esta es su única misión y también la razón por la que la Iglesia tiene el derecho y el deber de desarrollar una doctrina social que forme las conciencias de los hombres y les ayude a vivir según el Evangelio y la propia naturaleza humana.
La doctrina social es el anuncio de fe que hace el Magisterio ante las realidades sociales.
Principios de la doctrina social de la Iglesia
Esta preocupación de la Iglesia se concreta en valores que sirven de base para la actuación social. Todos ellos tienen base evangélica y están de acuerdo con la naturaleza humana, que la Iglesia asume y defiende, buscando llevarla a la plenitud, por la Redención obrada por Cristo.
Bien Común:
es “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección”
Opción preferencial por los pobres y vulnerables:
Jesús nos enseñó que los más vulnerables en una sociedad tienen un lugar privilegiado en su Reino. Es un deber de justicia ayudar a todos a luchar contra la pobreza y las situaciones de riesgo
Solidaridad:
la Iglesia promueve la paz y la justicia por encima de diferencias de raza, nación, religión, etc. Hay una sola familia humana que todos somos responsables de cuidar.
Derechos y deberes:
todas las personas tienen derechos que hacer valer y deberes que cumplir, tanto a nivel individual como familiar y social.En particular de los trabajadores: la economía está al servicio de las personas, no al revés.
Subsidiariedad:
el Estado debe permitir “a las asociaciones inferiores (resolver) aquellos asuntos y cuidados de menor importancia, en los cuales, por lo demás perdería mucho tiempo, con lo cual logrará realizar más libre, más firme y más eficazmente todo aquello que es de su exclusiva competencia”
Familia y comunidad:
el hombre es un ser social y tiene derecho a crecer en comunidad. El matrimonio y la familia son la base de la sociedad
Cuidado de la creación:
Dios puso al hombre al frente de las realidades terrenas para dominarlas y cuidarlas, manifestando en el respeto a otras criaturas el respeto debido al Creador.
La dignidad de la persona humana:
la vida humana es sagrada y su dignidad inviolable, independientemente de la edad, el estado de salud, la riqueza o la condición social. Cada persona tiene derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
1. Dignidad de la persona humana
Solamente respetando esta dignidad humana puede realizarse una sociedad justa. Esto implica que, para que una sociedad pueda llamarse justa, en ella no pueden faltar a nadie las condiciones mínimas para desarrollar una vida verdaderamente humana
2. Bien común
El bien común se puede considerar la dimensión comunitaria del bien moral, por eso implica exigencias y responsabilidades a todos los miembros de la sociedad. Cada cual colabora desde sus propias capacidades y según el principio de la subsidiaridad
3. Solidaridad
La solidaridad es una virtud y, a la vez, un principio rector del orden social. Como virtud, es mucho más que un mero sentimiento y consiste en “la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”
4. Subsidiaridad
Este principio custodia la originalidad propia de las personas, las familias y los cuerpos intermedios, permitiendo que esa originalidad pueda ser ofrecida para enriquecer a la sociedad.
5.Destino universal de los bienes
El Concilio Vaticano II define así la doctrina del destino universal de los bienes: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad.
6. Opción preferencial por los pobres
Fundada en el Evangelio de Jesús -Dios hecho pobre-, esta opción preferencial es proclamada por la Iglesia para todos los cristianos y ofrecida a todos los hombres y mujeres, como criterio necesario para la construcción del bien común.
8. Diálogo
La enseñanza social católica invita al diálogo y ofrece elementos para este diálogo entre los creyentes y la sociedad civil y política, así como entre los creyentes entre sí(
7. Participación
En razón de la dignidad humana existe la necesidad de la participación en la promoción del bien común. Esta participación se realiza en las tareas propias de cada uno (el trabajo, la familia) y a nivel ciudadano esta participación exige la responsabilidad de la activa participación en la vida pública
1. La vida
A pesar de lo fundamental de este principio, no pocas veces criterios eficientistas e ideologías consiguen hacerse oídos en la sensibilidad de la cultura contemporánea proponiendo soluciones superficiales al drama de la vida humana.
2. La familia
“La fe lleva a su plenitud el significado de la familia que, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, constituye la célula primera y vital de la sociedad”
4. Los derechos humanos
Los derechos humanos se fundamentan en la igual dignidad de todo ser humano, dada por Dios creador. Por consiguiente, “la fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador”
5. El medio ambiente
La tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber, común y universal, de respetar un bien colectivo. La ciencia y la técnica deben un respeto al ser humano que va acompañado de un respeto a las demás creaturas
6. La paz
La paz es la meta de la convivencia social. “Nadie puede desentenderse de una tarea de importancia tan decisiva para la humanidad. Es algo que implica a cada hombre y mujer, según sus propias competencias y responsabilidades”
7. El trabajo
El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana. Así, el trabajo es necesario, pero está ordenado al ser humano: “el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo”