El estrés crónico, ya sea psicológico, físico o ambiental, puede tener un profundo impacto en el sistema inmunológico.La activación prolongada de la respuesta al estrés, principalmente mediante la liberación de hormonas del estrés como el cortisol, puede suprimir la función inmune. Esta supresión inmunológica debilita la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y mantener el equilibrio inmunológico, lo que potencialmente aumenta el riesgo de infecciones y afecciones relacionadas con el sistema inmunológico.
Inmunología, estrés y salud
Hormonas simpáticas que suprimen las hormonas anabólicas. El estrés prolongado compromete el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a las infecciones. Las ITU, a menudo asintomáticas, están muy extendidas y pueden provocar infecciones clínicas subagudas debido a la supresión inmunitaria. La mialgia o artralgia no neoplásica y atraumática podrían estar relacionadas con respuestas inmunitarias inducidas por el estrés, infecciones de bajo grado y deficiencias nutricionales. La creciente incidencia de enfermedades autoinmunes refleja la creciente prevalencia de deficiencias nutricionales, incluidas las de vitamina D, B12 y ácido fólico.