La formación de la idiosincrasia en la infancia es un proceso complejo que se ve influenciado por diversos factores, como la cultura, el entorno familiar y social, las experiencias personales y las interacciones con los demás. Como educador se centra en proporcionar un entorno seguro, estimulante y comprensivo que permita al niño explorar, aprender y crecer de manera holística. Cada interacción y experiencia formativa contribuyen al moldeamiento de la idiosincrasia del niño, y mi compromiso es guiar este proceso de manera positiva y enriquecedora.