Interesado en tratar de comprender a las personas verdaderamente malévolas del mundo, Fromm los llamó necrófilos (amantes de la muerte).
Descritos por el, como personas atraídas pasionalmente a todo lo que es muerte, destrucción, podredumbre y enfermizo, con el deseo de transformar todo lo que esta vivo en no-vivo, destruir por el solo hecho de destruir (Boeree, 1998).