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Reducción de Daños, Christianne Senties Chauvet - Coggle Diagram
Reducción de Daños
Políticas basadas en evidencias o evidencias basadas en políticas: El desarrollo de los programas de reducción de daños dirigidos a personas usuarias de drogas por vía parenteral
Hay una gran cantidad de pacientes que se podrían beneficiar con programas de reducción de riesgos y daños, sin embargo estos programas están enjuiciados y moralizados, incluso por profesionales de la salud.
El objetivo de estos programas de reducción de riesgos y daños no es la abstinencia, sino la reducción de daños secundarios asociados a la práctica del consumo.
Existe evidencia que los objetivos que no están orientados a la necesidad de los usuarios, los programas serán inefectivos.
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Factores que han sido esenciales en la necesidad de impulsar los programas de reducción de daños son
1)
La limitada efectividad de centrarse en la oferta terapéutica clásica que se enfoca únicamente a programas de intervención para la abstinencia.
2)
La aparición del VIH y la rápida expansión del VIH en usuarios que usan drogas vía parenteral (UDVP).
3)
La jerarquización clásica del profesional con el usuario, en dónde está la creencia de que el adicto no es una persona competente.
- Programa de reducción de daños en el contexto del VIH y el uso de inyección de drogas ilegales.
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Los políticos y gestores profesionales son reacios a estos programas por la creencia de que habrá más daños que beneficios.
- Programa de mantenimiento con sustitutivos opiáceos
Los usuarios de drogas (inyectadas) que se encuentran en este programa, tienen menor riesgo a contraer VIH.
además
Disminuye la conducta de inyectarse, de compartir material de inyección y de riesgos asociados a su consumo.
Los usuarios de heroína seropositivos al VIH que se hallan en el programa de mantenimiento con sustitutivos opiáceos, tienen mayor disposición a iniciar y mantener (adherencia) un tratamiento antirretroviral de aquellos que no están en estos programas.
Infección por VIH y consumo inyectado de drogas: autocomplacencia o revitalización de los programas de reducción de daños
Hay que evitar la complacencia en relación con la diversificación, accesibilidad y cobertura de los programas de reducción de daños y riesgos dirigidos a UDVP.
El consumo de drogas vía parenteral seguirá existiendo y en aumento, no obstante se ha visto un cambio significativo en la práctica de consumo, reducción de daños asociados al consumo y de prevención de VIH en pacientes con UDVP (o aumento de este en usuarios que no han estado en contacto con los centros de tratamiento o con salas de inyección más seguro.
Este programa no sólo funciona para usuarios de heroína, sino que todas aquellas drogas que son inyectadas (como por ejemplo: cocaína).
Es más riesgoso y costoso (a largo plazo) el no obtener gratuitamente jeringuillas estériles y asistencia.
pero
Las políticas sobre drogas y la salud pública se ha enfocado en la abstinencia (en dónde hay una alta incidencia de recaída) y eso ha limitado el desarrollo de estos programas.
Estos programas han sido principalmente experimentales o realizados por el sector privado y se pide a los países que no necesariamente tengan que desarrollarlos, pero sí tolerarlos
La implementación o limitación de estos programas se debe a una falta de voluntad política basada en otras motivaciones, no por falta de datos o estadísticas (los gobiernos no han querido implementarlos).
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Los desvalorizan por ataques de puritanismo metodológico (se cuestiona su efectividad, la falta de evidencia científica y las creencias moralistas relacionadas) y por una autoproclamación primicia ética (consecuencias éticas del modelo de reducción de daños). Hay mucha estigmatización y rechazo de dichos programas; creencia de que incrementa el consumo de drogas si se les facilita el material y un lugar dónde puedan hacerlo.
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El abordaje del consumo de drogas ilegales centrados en el sector policial o de guerra contra las drogas, aumenta la práctica de inyección y el riesgo que conlleva. Además aumenta la tasa de arrestos, venta ilegal de heroína y cocaína.
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