El 80% de los pacientes afectados presentan una historia clínica de menos de tres semanas de duración. La mayoría de los casos se presentan con la tríada clásica: poliuria (enuresis en niños que y controlaban esfínteres), polidipsia y polifagia, asociada a pérdida de peso o astenia. La pérdida de peso se debe fundamentalmente a la glucosuria y a la lipólisis. Otros síntomas como cambios de personalidad, irritabilidad, alteraciones de la visión, problemas escolares, cefalea, infecciones recurrentes de piel, candidiasis vaginal, infección urinaria pueden estar presentes al diagnóstico. Si la enfermedad no es detectada precozmente, en una fase posterior podrán apreciarse síntomas de deshidratación y cetoacidosis, con anorexia, polipnea, vómitos, dolor abdominal que simula un abdomen agudo y progresivamente depresión del sistema nervioso central, que puede llegar a la somnolencia y el coma.
Estos pacientes tienen tendencia a presentar otras enfermedades autoinmunitarias que pueden asociarse con la diabetes, como tiroiditis e hipotiroidismo, enfermedad de Addison, enfermedad celíaca, artritis reumatoidea juvenil, enfermedad de Basedow, vitíligo, entre otras.