Hubo una disminución sustancial de las élites prevenientes del sector agrario, y también ha habido un aumento de la presencia del sector público, es decir, un aumento de funcionarios de diferentes niveles en todos los sectores de la élite política, y también un aumento de las altas capas sociales, perceptible en todos los partidos políticos, aunque de forma más acusada en la derecha.