Como único punto de contacto entre el coche y la carretera, el neumático tiene un límite de adherencia, que a su vez establece el límite de la capacidad de frenado del coche. Si se supera este límite durante la frenada, los neumáticos patinan o el ABS interviene (lo que es normal), alargando así la distancia de frenado. Por lo tanto, el buen estado de los neumáticos, la presión correcta de los mismos y su calidad son esenciales para un buen rendimiento de los frenos.