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PROBLEMAS DE LA SEXUALIDAD INFANTIL, Secuelas psicológicas: Las secuelas…
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Secuelas psicológicas: Las secuelas psicológicas más frecuentes de los abusos sexuales pueden dividirse entre psicopatología general y desórdenes específicos en la conducta sexual y la identidad sexual:
A. Psicopatología general: Los diagnósticos más comunes son ansiedad, disociación, depresión y baja autoestima, aumento de agresión y otros síntomas.
1. Ansiedad: Los trastornos fóbicos y los trastornos de ansiedad se describen a menudo como secuelas a corto plazo de los abusos infantiles. Síntomas como trastornos del sueño, insomnio, pesadillas, fóbias y somatizaciones.
2. Disociación: Es una alteración de la conciencia resultando una pérdida de memoria o identidad. Se debe ver como una defensa primitiva que aparece como una consecuencia de traumas psicológicos.
3. Depresión y baja autoestima: Parece que es consecuencia de un daño permanente, se produce un impacto muy negativo del trauma sexual en criaturas con baja autoestima, estos adolescentes tendrán una mayor incidencia de intentos de suicidio que otros pacientes.
4. Otros síntomas: Se producen otros síntomas como pueden ser por ejemplo las dificultades de relación con gente de la misma edad. Conductas sociales inadecuadas. Problemas en el proceso de separación-individuación.
B. Trastornos de la conducta y la identidad sexual: La prematura exposición a una actividad sexual forzada puede producir un impacto adverso en el desarrollo psicosexual, la identidad sexual y la futura capacidad para la intimidad sexual. Frecuentemente las víctimas de abuso sexual describen una tendencia a repetir la experiencia sexual, un «acting out» sexual, así como una hipersensibilidad sexual. Por ejemplo, estudios con prostitutas revelan que en un 36% han sufrido incesto infantil. Por otro lado, muchos estudios hablan de reacciones fóbicas y de inhibición sexual como consecuencia de los abusos sexuales. Algunos estudios hablan de problemas de identidad sexual en chicas que han sufrido abusos sexuales.
Tratamiento: El objetivo inmediato de la intervención en casos de abusos sexuales en niños es modificar el entorno para evitar que el niño tenga riesgo de abuso, así el perpetrador no ha de tener acceso demasiado tiempo al niño. El tratamiento del niño empieza con la crisis que supone la intervención de tratar con él o ella su aguda ansiedad al relatar los síntomas relacionados con el abuso y la consiguiente crisis familiar. Gran parte de la primera fase de la terapia está destinada a eliminar el miedo de revelar y establecer apoyo y una buena relación con el niño. La estigmatización del niño por las relaciones incestuosas se muestra como vergüenza, miedo, baja autoestima, depresión y puede derivar en conducta suicida. Estos sentimientos se intensifican si el niño es censurado por participar en actividades sexuales. El terapeuta debe cambiar la percepción que él o ella tiene de los actos sexuales.
Contratransferencia: El mayor problema de contratransferencia con el que se encuentra el terapeuta es la tendencia a sobre identificarse con la víctima. Esta situación puede provocar una intolerancia de los sentimientos positivos del niño hacia el perpetrador o puede llevar al niño a exteriorizar su ira demasiado prematuramente. Estos terapeutas se vuelven impacientes con el progreso de la terapia y no pueden tolerar la resistencia ni la hostilidad del niño.
Trastorno de identidad sexual: Se refiere al sentimiento individual de ser hombre o mujer, que se consolida típicamente entre los 3 o 4 años.
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Etiología de los Trastornos de Identificación Sexual.: En la etiología de los TIS podemos encontrar:
A. Factores biológicos: hablan de que las hormonas prenatales tienen un efecto en la forma y en el tipo de conducta sexual, así como en la posible orientación sexual. Los estudios de cerebros intentan encontrar núcleos sexuales dismórficos como predictor de la teoría hormonal explorando las diferencias entre hombres homosexuales y heterosexuales y las semejanzas con las mujeres heterosexuales. Se puede ver un nivel más bajo de participación en estos juegos en niños con TIS que en el grupo control y en cambio un nivel más alto en niñas con trastorno que en las del grupo control.
B. Factores psicosociales: el sexo de asignación y educación continua siendo considerado la principal variable para determinar la identidad sexual individual. Aunque estos estudios son interesantes y han causado algún replanteamiento de descubrimientos anteriores, son probablemente los menos relevantes para entender los TIS en casos en los que no son obvias las anomalías psíquicas. La capacidad de los padres para formar la conducta de rol sexual de sus hijos no está clara, aunque en los estudios parece que los padres tienden a responder más positivamente delante de conductas del mismo sexo que no a conductas transexuales. Otra variable parental implicada como etimológicamente significante en los niños afeminados y hombres homosexuales es la relación distante padre-hijo. Parece que en las técnicas proyectivas que se utilizan para estudiar los niños con TIS, estos acostumbran a percibir su relación con el padre como distante, negativa y conflictiva.
Tratamiento: La literatura previa enfatiza conductas encaminadas a disminuir las conductas transexuales, los abordajes eclécticos dirigen y ayudan a la familia del niño con TIS a apoyar la identificación masculina del niño. En niños jóvenes, el trabajo debe ir encaminado primeramente a ayudar a los padres a entender la sensibilidad y el conflicto de su hijo y la preocupación sobre su propio valor como chico o chica y los caminos por los que ellos han de reforzar a su hijo hacia un sentimiento con su propio sexo. La literatura sobre tratamiento adolescente muestra que algunos autores hacen una terapia que ayuda al adolescente a aceptar una resolución homosexual.
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