El examinador debe estar atento a tres niveles de análisis simultáneos: la naturaleza del problema clínico, la actuación objetiva del paciente y su estado de actividad psíquica consciente. Esto implica observar expresiones faciales, gestos, respuestas, coherencia en el discurso y signos de ansiedad. También se presta atención a posibles anomalías en la expresión verbal, incluyendo sintaxis, morfología y pronunciación