Los ciclos sueño-vigilia a menudo están alterados, con somnolencia aumentada durante el día y agitación en la noche o al atardecer. Puede haber temblor, asterixis, taquicardia, sudoración, hipertensión y estallidos emocionales. Las alucinaciones tienden a ser visuales, aunque pueden ocurrir también alucinaciones auditivas.