Pedro fue la primera persona que reconoció que Jesús es el Mesías que vino para darnos vida eterna.
Jesús, toco el corazón de Pedro y transformo su vida, se convirtió en pescador pero de hombres (Mateo 4,19), se olvidó del miedo y de la vergüenza, empezó a hablar del Señor y de su obra maravillosa, hasta dar su vida por Cristo.