El proceso de inclusión-exclusión, comienza con la “pre idea” que tengamos de cada uno de nuestros alumnos y alumnas, “pre idea” que les afectara tanto académica como socialmente. Esta idea se construye a través de un proceso de exclusión-inclusión que generalmente está vinculada a la idea de “buen alumno” o “alumno ideal” del cual, habitualmente, hablamos y señalamos sus virtudes y potencialidades y, normalmente, comparamos con el resto del alumnado.
Estas “relaciones de poder ”con figuran la construcción del “alumno ideal” que impregna todo el espacio socioeducativo. Son relaciones que consideran “mejores” a aquellos que obtienen un mayor número de “éxitos” educativos y peores aquellos a los que no los consiguen, estableciendo jerarquías y diferencias socioeducativas entre el propio alumnado.