El agua, esencial para la vida, tiene propiedades únicas debido a su estructura molecular. Su polaridad y la formación de puentes de hidrógeno le otorgan cohesión, alta tensión superficial, y la capacidad de disolver sustancias polares. Además, puede ionizarse, lo que da lugar a soluciones ácidas y básicas. Los organismos mantienen un estrecho rango de pH para sus reacciones químicas mediante buffers.