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Claves del discernimiento ignaciano - Coggle Diagram
Claves del discernimiento ignaciano
El discernimiento
Hablamos, básicamente, del proceso humano por el cual convertimos nuestras convicciones interiores en decisiones de vida.
El llamado al Amor
dinámica de fondo que moviliza al discernimiento: ¿cómo amar efectivamente, aquí y ahora, en el momento y las circunstancias concretas de mi vida?
El llamado a la vigilancia
llamada a estar “atentos” a factores exteriores y dinámicas interiores que pueden “pervertir” nuestros discernimientos (apartarlos de la lógica del amor), de formas muchas veces sutiles e incluso inadvertidas
La capacidad de discernir está profundamente arraigada en la dimensión evolutiva e histórica del cristianismo, un crecimiento hacia la plenitud de Cristo
Se debe de entender
El lenguaje de Dios
Aquellos sentimientos o luces que abren el corazón de una persona que se halla de forma habitual en la dirección del reino de Dios y su justicia son indudablemente impulsos del Espíritu.
La consolación
Cuando en lenguaje espiritual clásico se habla de “consolación” se considera también las lágrimas de dolor, por lo pecados, por la pasión de Cristo o por alguna acción cristiana.
La desolación
Paralelamente, la llamada “desolación” no es siempre un sentimiento amargo o doloroso.
También conviene destacar que la consolación o la desolación no indican un determinado nivel, más alto o más bajo, de vida espiritual
El sujeto
Para San Ignacio no es posible un auténtico y pleno discernimiento si no hay “sujeto” de discernimiento
¿Qué es lo que define al “sujeto” ignaciano?
Que la persona cuente con un conjunto de capacidades personales, de habilidades y de actitudes que posibiliten el que haga con rigor y garantía un determinado proceso personal.
Una persona de deseo.
El deseo, y el deseo de amar más y mejor, está en la base del sujeto de discernimiento.
Una persona lúcida y cuidadosa de su libertad interior
La característica del sujeto al constar de libertad y conciencia sobre su elección espiritual.