La última de las razones de la analogía entre dialéctica y retórica se relaciona con la distinción que solo un poco más adelante traza Aristóteles entre «facultad» (dynamis) e «intención» (proaíresis):
Además de esto, <es asimismo claro> que lo propio de este arte es reconocer lo convincente y lo que parece ser convincente, del mismo modo que <corresponde> a la dialéctica reconocer el silogismo y el silogismo aparente. Sin embargo, la sofística no <reside> en la facultad, sino en la intención. Y, por lo tanto, en nuestro tema, uno será teórico por ciencia y otro por intención, mientras que, en el otro caso, uno será sofista por intención y otro dialéctico, no por intención, sino por facultad (Rhet. I 1, 1355b 15-22).