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El ser humano como realidad cosmoteándrica - Coggle Diagram
El ser humano como realidad cosmoteándrica
La realidad es cosmoteántrica
Tres dimensiones de la realidad representadas por Dios, el Hombre y el Mundo
Lo divino
Dios no solo es el Dios del hombre, sino también el Dios del mundo, y desempeña una función cosmogónica y cosmológica en la realidad.
Lo humano
Conciencia presente
La conciencia humana baña todas las partes de la realidad, y todo el campo de la realidad vive humanizado en el ser humano
Lo cosmico
Se refiere al mundo físico y material de la realidad
Todo ser tiene una relación constitutiva con el mundo de la materia, la energía, el espacio y el tiempo
Cosmoteantricidad
Visión holística e integral
Se presenta como una intuición holística e integral de la naturaleza de todo lo que existe
No se trata de tres realidades separadas, sino de una sola realidad con tres dimensiones en una relación pericorética o de interdependencia.
Interdependencia de sujetos
El universo no se trata solo de objetos, sino de sujetos inter-retro-dependientes
El hombre participa de la realidad cosmoteántrica
Perichoresis entre Dios-Hombre-Mundo
El ser humano es el reflejo de la perichoresis (interacción y mutualidad) existente entre Dios, el Hombre y el Mundo
Ver a Dios, el Hombre y el Mundo como entidades separadas e independientes es incompatible. Cada uno de ellos depende de los otros dos para su existencia y significado.
Cosmovisión cosmoteándrica
Visión de la realidad que busca la interrelación y la interdependencia entre Dios, el Hombre y el Mundo
Esta visión difiere de las perspectivas dualistas occidentales que tienden a separar estas dimensiones
Realidad radical
No se pueden separar las partes sin perder la integridad de la existencia. Dios, el Hombre y el Mundo están intrínsecamente relacionados y coexisten en una armonía compleja
La posición del ser humano
El ser humano ocupa una posición única como mediador entre el cielo y la tierra, y su existencia es una síntesis de las dimensiones divina, humana y cósmica
implica una responsabilidad y una participación activa en la realidad.
Unidad en la pluralidad
el ser humano no puede existir de manera aislada, sino que su identidad se encuentra en sus relaciones con Dios, el Mundo y otros seres humanos
El hombre es una realidad cosmoteántrica
el ser humano es una realidad cosmoteándrica
participa de la naturaleza de esta realidad, que incluye dimensiones divinas, humanas y cósmicas
Unidad irreductible de cuerpo, alma y espíritu
âdhyâtmica
para describir al ser humano como un ser integral que no se divide en partes separadas. Esto implica que el Hombre no se limita al dualismo alma-cuerpo
Problemas en la comprensión del ser humano
cuando se cierran estos canales de comunicación, como la reducción del alma a una entelequia o del cuerpo a un cadáver
El hombre es una unidad
a lo largo de la historia de la Iglesia Católica ha habido intentos de superar la concepción dualista del ser humano, que se basa en la idea socrático-platónica de una separación entre alma y cuerpo
El hombre es cuerpo, alma y espíritu
Cuerpo (basar)
no se refiere solo a la parte física, sino a la totalidad de la persona. Esto subraya que el ser humano no "tiene" un cuerpo, sino que "es" un cuerpo, enfatizando su unidad integral
Alma (nefes)
no se refieren a partes separadas del ser humano, sino que denotan la totalidad de la persona como un ser viviente. Esto contrasta con la noción griega de dualismo que separa el alma y el cuerpo como entidades distintas
Espíritu (ruah)
se refiere a la totalidad del ser humano en su dependencia de Dios
relación esencial entre el ser humano y Dios, mientras que "pneûma" se centra en los aspectos espirituales y los dones divinos
La Sagrada Escritura presenta al ser humano como un todo unitario compuesto por cuerpo, alma y espíritu, reflejando la mentalidad sintética de la época hebrea
el ser humano también es espíritu en el sentido semita y de otras tradiciones primordiales, lo que lo conecta con una dimensión espiritual más allá de lo material y lo mental
antropología tripartita
ofrece una comprensión más completa del ser humano, permitiéndole una armonía entre lo finito e infinito, lo inmanente y lo trascendente, y lo histórico y lo transhistórico