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COVID 19 Y GLOBALIZACIÓN - Coggle Diagram
COVID 19 Y GLOBALIZACIÓN
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CONSECUENCIAS
Los efectos de la crisis de la covid-19 en la economía son difíciles de prever debido a la incertidumbre global. Sin embargo, se espera una caída en el PIB mundial y la destrucción de empleo, especialmente en sectores intensivos en mano de obra como el comercio, la hostelería y el turismo. Las autoridades de muchos países podrían reforzar sus sistemas sanitarios y apoyar a empresas locales productoras de suministros médicos, así como fomentar la investigación en salud.
El desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) se acelerará en áreas individuales, educativas y organizativas. Las cadenas globales de suministro podrían reestructurarse para evitar depender excesivamente de un solo país, como China, lo que llevaría a una mayor diversificación de proveedores y una "re-localización" de la producción cerca del consumo.
Las micro, pequeñas y medianas empresas, que son abundantes en sectores afectados, necesitarán especial atención debido a su vulnerabilidad estructural. Sin embargo, son ágiles y flexibles, por lo que un apoyo inteligente podría conducir a una recuperación rápida del empleo.
El endeudamiento público puede aumentar debido a las políticas para combatir la pandemia y sus efectos. Esto es preocupante, especialmente para los países en desarrollo. La gobernanza global será esencial para abordar una posible "crisis de deuda" con medidas audaces, incluyendo reestructuraciones y moratorias de la deuda externa.
La sociedad civil desempeñará un papel crucial en abordar estos desafíos. La organización espontánea de ciudadanos para resolver problemas sanitarios, económicos y sociales se ha destacado en esta crisis. Se espera un mayor desarrollo de asociaciones, ONG, iniciativas empresariales de responsabilidad social y colaboración.
¿QUE HACER?
En este contexto, el papel de las personas en las empresas será crucial, ya que realizarán tareas que las tecnologías no pueden hacer. Las empresas exitosas serán aquellas que sean más humanas, considerando las aspiraciones de colaboración, autonomía y significado de las personas.
Para sobrevivir y crecer en este nuevo entorno, las empresas deben adoptar dos propósitos principales: la sostenibilidad (no solo del negocio, sino también social y medioambiental) y la innovación continua. Estos propósitos deben ser respaldados por dos capacidades generales dinámicas: la acción sostenible y la innovación.
Para desarrollar estas capacidades, las empresas deben enfocarse en capacidades específicas interrelacionadas, como la flexibilidad organizacional, la ambidestreza (equilibrio entre exploración y explotación), la capacidad de aprendizaje organizacional y la gestión del conocimiento. La gestión de riesgos también debe basarse en sistemas de vigilancia y prevención, aprovechando oportunidades mientras se limitan los riesgos.
El liderazgo en este nuevo entorno debe ser transformacional, centrado en valores y significado, promoviendo la autonomía y la colaboración. Debe integrar tecnología y humanismo, y ser capaz de construir confianza y desarrollar inteligencia sistémica. Esta combinación de habilidades de liderazgo se llama Ambidestreza(3).
CONCLUSIONES
La crisis de la COVID-19 se diferencia de crisis anteriores al originarse por un shock externo y no económico, pero comparte similitudes con otras "crisis de la globalización" debido a la complejidad generada por la globalización. Las interconexiones globales han permitido la rápida expansión de la pandemia y efectos económicos contagiosos, dificultando su predicción y afectando severamente a ciertos sectores y países.
La crisis impulsará la reestructuración de las cadenas de suministro y posiblemente la relocalización de la producción para evitar dependencias y costos ecológicos. Aunque se hable de "desglobalización", la globalización sigue presente en otras dimensiones, como la innovación tecnológica, la globalización financiera y las TIC.
La imprevisibilidad es una característica común de esta y otras crisis anteriores debido a la complejidad. Para enfrentar tanto los efectos inmediatos como un mundo cada vez más complejo, la gestión empresarial debe considerar diferentes horizontes temporales.
A corto plazo, la gestión empresarial debe abordar problemas de clientes y operaciones, centrando acciones en comunicación, operaciones, flujo de efectivo y gestión del talento humano.
Para sobrevivir y prosperar en un mundo complejo e incierto, las empresas deben cumplir dos propósitos básicos: innovación y sostenibilidad. Esto requiere desarrollar capacidades en tres tipos de ambidestreza: la capacidad de combinar exploración y explotación del conocimiento (Ambidestreza(1)), la capacidad de combinar detección de oportunidades y limitación de riesgos (Ambidestreza(2)), y la capacidad de combinar habilidades tecnológicas y humanísticas (Ambidestreza(3)).