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Proyectos sociales: notas sobre su diseño y gestión en territorios rurales…
Proyectos sociales: notas sobre su diseño y gestión en territorios rurales
Caracterización de los sujetos beneficiarios
Todo proyecto requiere de un análisis del perfil de sus beneficiarios(as), quienes se clasifican en primera instancia en beneficiarios directos, y en segunda instancia en beneficiarios indirectos.
Para elaborar el perfil de los beneficiarios es importante captar, mediante cuestionarios, características como género, edad, estado civil, nivel de escolaridad, entre otras.
Actividades sustantivas
El proyecto considera que cada actividad representa un acto específico, el cual, sumado a otras actividades, va a potenciar su desarrollo integral.
Los grupos de trabajo donde colaboran personas de diferente formación profesional y experiencias laborales diversas suelen tener una visión más completa de una problemática.
Es deseable que un proyecto social se integre por un equipo multidisciplinario
Objetivos y metas: hacia la efectividad de los resultados
Las metas se formulan de manera realista
Es importante asumir en su diseño un sentido crítico y razonable sobre la viabilidad de su cumplimiento, pues para lograrlas se deben incorporar recursos, tiempo y eficientes procesos de gestión; mismos que de no ser manejados de forma adecuada pueden comprometer metas muy ambiciosas que en la práctica son incumplibles o inalcanzables.
Proyectos sociales y planeación
Los proyectos sociales son una herramienta que permite inducir un cambio a partir de las iniciativas de los actores que interactúan en un territorio o sector específico.
La intención de un proyecto que tiende hacia la integralidad que busca agregar diversos aspectos determinantes para su viabilidad.
Diagnóstico analítico y participativo
¿Por dónde inician los proyectos?
En el contexto de proyectos innovadores para zonas rurales, un diagnóstico consiste en el análisis de situaciones, condiciones o restricciones que impiden la satisfacción de las necesidades de la población local. El diagnóstico en este marco implica reconocer la naturaleza de una problemática mediante la observación y el análisis integral.
La elaboración del diagnóstico para la producción de proyectos sociales en comunidades rurales adquirió una connotación pública muy importante, por lo que la planeación de los proyectos, desde su fase inicial, debe integrar la participación ciudadana.
En el diagnóstico con participación ciudadana, la precisión del análisis y las oportunidades son factores clave en los cuales los facilitadores o extensionistas rurales deben poner especial cuidado, ya que los actores territoriales interesados en el proyecto destinarán tiempo y trabajo al servicio de éste.
Localización del proyecto
La localización del proyecto y sus beneficiarios conlleva instaurar criterios para determinar su viabilidad territorial, que puede realizarse a partir de los intereses y convenientes del proyecto.
Territorializar los proyectos
Significa focalizar la acción social en una localidad específica, en un ejido, en un municipio o en una región que por sus características resulta importante para el desarrollo de un proyecto.
La metodología del proyecto como estrategia de gestión
La gestión de un proyecto social implica el diseño y la aplicación de una serie de métodos, técnicas y en ocasiones algoritmos necesarios para el desplazamiento de una estrategia en el territorio o dentro de un sector.
La gestión, en ese sentido, implica coordinar los esfuerzos de los actores desde la gerencia del proyecto para cumplir con las metas establecidas y lograr el impacto esperado en determinado sector o comunidad rural.
Bajo este supuesto, lo que busca la metodología es responder a la pregunta: ¿Cómo se van a lograr las metas del proyecto?
Consideraciones presupuestales
Es importante identificar las fuentes financieras de recursos económicos para poner en marcha el proyecto.
Es importante conocer las reglas de operación de los programas públicos, presupuestos de egresos de los gobiernos municipales, estatales y nacionales.
En el diseño del presupuesto se busca que éste sea realista, no demasiado grande para las necesidades del proyecto ni demasiado pequeño como para no alcanzar las metas propuestas.
Evaluación de resultados e impactos
La evidencia sobre los efectos de un proyecto en términos de generación de bienestar social, crecimiento, desarrollo o combate a la pobreza rural resultarán fundamentales en las estrategias posteriores de mejoramiento de los programas y proyectos.
La evaluación puede adoptar diversas modalidades, según lo expuesto por autoras como Medina (2007). Estos son los tres tipos principales de evaluación:
Según el inversionista del proyecto:
Evaluación privada (financiera): Se enfoca en determinar la rentabilidad financiera del proyecto y su viabilidad desde una perspectiva de inversión.
Evaluación económica: Considere tanto los aspectos financieros como los impactos económicos más amplios, como el crecimiento económico y la eficiencia.
Evaluación social: Se concentra en los efectos sociales y en cómo el proyecto beneficia a la comunidad ya los grupos involucrados.
Según los resultados del proyecto:
Evaluación de los efectos: Analiza los cambios directos e inmediatos que el proyecto ha generado, como el aumento en el acceso a servicios.
Evaluación de los impactos: Explora los efectos a largo plazo y más amplios del proyecto, considerando cambios más profundos en la calidad de vida, el bienestar y la transformación social.
Según el momento de la evaluación:
Evaluación durante el seguimiento del proyecto: Llevada a cabo durante la ejecución del proyecto para monitorear el progreso y ajustar estrategias si es necesario.
Evaluación ex post: Realizada después de la finalización del proyecto para analizar sus resultados y efectos.
Evaluación ex ante: Realizada antes de la implementación del proyecto para anticipar posibles resultados y riesgos.