A HOMBRES orgullosos que obstinadamente rehusaban reconocerlo como el Mesías y que despreciaban a sus discípulos, Jesús dijo: “Si éstos permanecieran callados, las piedras clamarían.” (Luc. 19:40) Felizmente, Jesús tuvo, y sigue teniendo, discípulos que rehúsan permanecer callados. No obstante, en cierto sentido, se ha hecho que piedras que han sido testigos silenciosos de acontecimientos bíblicos clamen y den testimonio de que la Biblia es digna de confianza. La ciencia que ha permitido que tales piedras hablen a favor de la Biblia se llama arqueología, y se define como “el estudio científico de los restos materiales del pasado.”