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Desarrollo tecnológico en la primera revolución industrial.
Inicios.
Durante la segunda mitad del siglo xviii (1750-1780).
Fin
Mediados del siglo XIX.
Revolución Industrial.
El término revolución industrial suele referirse al complejo de innovaciones tecnológicas que, al sustituir la habilidad humana por la maquinaria y la fuerza humana y animal por energía mecánica, provoca el paso desde la producción artesana a la fabril, dando así lugar al nacimiento de la economía moderna.
Sociedad industrial.
Es aquella que sabe aprovechar el desarrollo tecnológico para sustituir la energía proporcionada por músculos humanos o animales, o también turbinas, por la proporcionada por máquinas.
Anergia.
A la par de ese desarrollo tecnológico se acrecentó la necesidad de energía, de forma que el incremento en el uso del carbón a partir del siglo XVIII fue espectacular, hasta el punto de que en 1870 Inglaterra producía anualmente 100.000.000 de toneladas.
Industrialización.
La industrialización se debió a una sucesión interrelacionada de cambios tecnológicos que sustituyeron la capacidad humana por instrumentos mecánicos, y la energía humana y animal por la energía inanimada.
Las Maquinas.
La utilización de máquinas, que pasó de la producción inicial de hilaza y de tejidos a su utilización en las minas de carbón y de hierro, para continuar, ya en el siglo XIX, con su aplicación a los buques de vapor y el ferrocarril, originó un cambio sustancial en el tamaño de la unidad productiva.
Tensiones Sociales.
Al mismo tiempo que la producción de bienes se incrementaba como consecuencia del desarrollo industrial, y a pesar del paulatino establecimiento en los países más avanzados de la igualdad civil y libertad económica, las diferencias entre los hombres no disminuían, sino que aumentaban.
Fábricas.
Las fábricas se van a instalar en las ciudades y ese proceso de industrialización urbana
provocó un trasvase de mano de obra y recursos desde la agricultura a la industria.
Trabajo y vida
Los testimonios de la época que dan cuenta de la existencia de horarios de trabajo agotadores y condiciones de vida cercanas a la miseria.
Nueva legislación laboral.
Fue necesaria y pertinente, que se fue completando, aunque muy lentamente y con notable diferencia entre unos países y otros, a medida que nos acercamos al final de la centuria.
Luces y sombras.
Una industrialización que tuvo en los avances tecnológicos uno de sus principales activos, pero también en las protestas sociales una vertiente que exigía una mayor racionalización al imparable crecimiento industrial y a la insaciable producción.
Cambios tecnológicos.
Los cambios tecnológicos supusieron una ruptura con el pasado mucho más drástica que cualquier otra desde la invención de la rueda.
Riqueza
Inglaterra era, probablemente, el país más rico de Europa, per cápita, con la excepción de Holanda, ya antes de la industrialización. La pobreza no estaba tan extendida como en resto de Europa.
Economía.
Inglaterra no sufrió la bancarrota que hundió la monarquía borbónica. En 1694 se fundó el Banco de Inglaterra, que no financió la Revolución Industrial, pero proporcionó una base de estabilidad fiscal que favoreció la iniciativa privada.
Sociedad.
Destacaba la existencia de una clase media, con muchos miembros de la clase
trabajadora por encima del nivel de pobreza, lo que significaba un mercado potencial para los artículos de consumo corriente y uso diario.
Demografía.
La población aumentaba en toda Europa, pero en Inglaterra lo hacía sin pérdida del nivel de vida. El aumento de población significaba una ampliación del mercado interior, sin olvidar el creciente mercado de ultramar.