Debido a su compromiso en favor de los valores universales y del respeto de lo derechos humanos, el periodista se abstiene de cualquier complicidad con cualquier forma de violencia, odio o discriminación. Contribuye en todo lo que puede a combatir la pobreza, el hambre, la enfermedad, el racismo, el apartheid, el analfabetismo, también las guerras de agresión, la carrera de armamentos y la opresión de regímenes totalitarios y autoritarios. El periodista respeta cada persona y cada pueblo sin distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad, religión o convicción filosófica.