Al nacer, la mayoría de los niños tienen piel que cubre por completo o casi por completo el extremo del pene. La circuncisión elimina parte del prepucio, de modo que la punta del pene (glande) y la abertura de la uretra, a través de la cual el bebé orina, se exponen al aire. Las circuncisiones de rutina se realizan en el hospital, a los pocos días de nacido. (Puig, García &Vall, 2003, pg. 65)