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Apreciación estética y experiencia de la belleza - Coggle Diagram
Apreciación estética y experiencia de la belleza
Tres Hitos de la concepción de la belleza
Concepción de la belleza en la antigua Grecia y Roma
Concinnitas: armonía de las partes con el todo.
Claritas: esplendor del rostro divino y rayo de luz que ilumina la materia.
Rechazo de desproporción, desorden, infinitud o caos.
Limitación y perfección como valores incuestionables.
Visión renacentista de la belleza
Incorporación de ideas grecorromanas y patrísticas.
Belleza como expresión del dinamismo de eros y anhelo de lo divino.
Transformación del artista en un genio mediante la realización de obras.
Valorización de lo infinito y lo sublime en la representación artística.
Contribución de Immanuel Kant
Transición del enfoque metafísico al juicio estético de lo bello.
Inclusión progresiva de lo divino entendido como infinito.
Admisión de lo caótico y lo terrible en la percepción de la belleza.
Introducción de la categoría de lo sublime y su relación con lo infinito.
Exploración romántica de la belleza
Experiencia de lo siniestro y la paradoja en la contemplación estética.
Deseo de acercarse y alejarse simultáneamente.
Revelación velada de lo siniestro en las obras de arte.
Separación entre belleza profana y belleza mística.
Importancia de la reflexión en la apreciación de la belleza
Creación artística y apreciación estética
El objetivo de la apreciación estética es la contemplación de la obra de arte.
La interpretación subjetiva de la belleza y las artes está influenciada por la cultura.
Las preferencias artísticas y la valoración estética evolucionan a lo largo del tiempo.
Ampliación de la apreciación estética
Contraste entre la interpretación histórica de la belleza y la visión contemporánea.
La democratización de las artes ha llevado a la banalización y a la falta de criterios para distinguir la calidad de una obra.
La apreciación de la belleza requiere tiempo, observación, silencio, meditación y diálogo.
Reflexión en el ámbito de las artes y la apreciación de la belleza
La creación artística exige conocimiento, inspiración y práctica constante.
El estudio histórico y filosófico amplía la comprensión y el significado de la obra de arte.
El discurso estético contribuye al desarrollo de la sensibilidad y la mejora de la apreciación de la belleza.
Comprender otros ambientes culturales:
La valoración de obras de arte de otras culturas puede tener un efecto transformador.
La experiencia de la belleza puede manifestarse en diferentes sentimientos y emociones.
El goce estético, la interrogación por la realidad humana y la transformación personal son elementos clave.
La belleza como éxtasis:
La belleza no es una necesidad, sino un éxtasis que produce un efecto benefactor.
Existen diversas manifestaciones de la necesidad de belleza en la vida cotidiana.
La vivencia de la belleza como éxtasis nos brinda un horizonte esperanzador en medio de las adversidades.
La experiencia de la belleza
Apreciar lo pequeño y sencillo: Aprender a valorar las cosas pequeñas y sencillas es esencial para nuestra condición humana.
La belleza en las relaciones humanas: Apreciar lo simple y cotidiano, como compartir un café con amigos, puede ser fuente de experiencias de auténtica belleza.
Reconocimiento de la grandeza del otro: La belleza se revela a través de la alteridad y el cuidado hacia los demás, como sugiere Lévinas.
Ejemplos de experiencias transformadoras: El cántico de las criaturas de Francisco de Asís, el proceso de reconciliación de Desmond Tutu en Ruanda, el perdón de Nelson Mandela, entre otros.
Transformación personalizante: La experiencia de la belleza va más allá de la sensibilidad y busca generar nuevos espacios de crecimiento personal y humano.
Experiencia como categoría primordial: Husserl, Dewey y Lonergan destacan la importancia de la experiencia en la comprensión de la actividad humana.
A modo de conclusión
La belleza surgida de relaciones dramáticas: El perdón y la reconciliación, como ejemplificado por Desmond Tutu y Nelson Mandela, pueden conducir a una experiencia transformadora de la belleza incluso en situaciones difíciles.
La apreciación de la belleza en lo simple y cotidiano: Aprender a valorar las cosas pequeñas y sencillas de la vida, como el encuentro con amigos o la observación de la naturaleza, puede ser fuente de auténtica belleza.
La belleza como alimento del espíritu: La experiencia de la belleza enriquece nuestras capacidades y nos transforma personalmente, siendo una necesidad fundamental para el ser humano.
La belleza como experiencia silenciosa y acendrada: La belleza seduce lentamente y puede surgir incluso a partir del sufrimiento, manifestando un horizonte esperanzador y desafiando la tragedia y el sinsentido.
La amplia gama de experiencias de la belleza: La belleza puede ser experimentada en diversos contextos, como el encuentro con lo divino, la contemplación de obras de arte, la conexión con la naturaleza y las interacciones humanas.