la figura principal no es el producto o servicio ni las necesidades del comprador, sino la persona o vendedor que, con cierta autoridad moral concedida por el comprador, recomienda el producto buscando el bien de este. Es el caso, por ejemplo, de las promociones que se realizan empleando referencias personales, tal vez apoyadas en las redes sociales y toda la información encontrada allí que está a favor y en contra del producto.