Conclusión: El control es una función crucial en la gestión organizacional, ya que permite supervisar y regular las actividades para asegurarse de que se cumplan los objetivos establecidos. Los diferentes tipos de control, como el preventivo, concurrente y retroalimentador, desempeñan roles específicos en la prevención, supervisión y corrección de desviaciones. Las etapas del control, desde el establecimiento de estándares hasta la toma de medidas correctivas, proporcionan un marco sistemático para llevar a cabo el proceso de control