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El Barroco y la Contrarreforma - Coggle Diagram
El Barroco y la Contrarreforma
Se conoce como contrarreforma la renovación de la Iglesia Católica en el siglo XVI como respuesta para frenar el avance de las doctrinas protestantes en Europa.
La contrarreforma fue establecida bajo el Concilio de Trento (1545-1563) convocado por primera vez por el papa Pablo III en 1545, luego por el papa Julio III entre 1550 y 1555, y finalmente por el papa Pío IV en 1563.
Características de la contrarreforma: La contrarreforma o reforma católica se caracterizó por abarcar la esfera política y religiosa del momento.
En el aspecto político, la contrarreforma elimina la venta de las indulgencias siendo ella una de las razones por las cuales los gobernadores comenzaron a adherir a la reforma protestante de Martín Lutero.
En el aspecto religioso, la contrarreforma busca reformular la iglesia católica, unir a los cristianos bajo el papado romano y evangelizar los territorios del Nuevo mundo (América).
Con el fin de evitar el avance de las iglesias protestantes, la contrarreforma renueva y fija guías para frenar la corrupción del clero con parámetros comunes para la Iglesia Católica como, por ejemplo, la defensa de la autoridad papal, la capacidad exclusiva de la iglesia y sus representantes para la interpretación de los textos sagrados y la salvación por la fe y las obras de caridad, devoción o penitencia.
El Barroco fue un período de la historia de la cultura en Occidente, que abarcó el siglo XVII y principios del XVIII, y marcó un cambio en la manera de concebir el arte, que tuvo impacto en numerosas áreas de la cultura y del saber, como las letras, la arquitectura, las bellas artes y la filosofía.
El estilo barroco se destacó principalmente en las artes y se caracterizó por lo recargado, la expresión de las pasiones internas, la extravagancia, el detalle y el exceso de ornamento, y se vio en disciplinas como la poesía, la pintura y la escultura.
El nombre “barroco”, según algunas teorías, proviene de la palabra en portugués usada para las perlas que tenían alguna deformidad o irregularidad. De allí que inicialmente el nombre se empleara para referir a cierto estilo artístico recargado, grandilocuente y excesivo. Posteriormente, este término se usó para aludir a una forma “degenerada” del Renacimiento y, finalmente, terminó siendo considerado como la negación de lo clásico.
El Barroco cambió radicalmente el modo de hacer arte y de pensar la cultura, y algunas de sus principales características fueron:
Se opuso al Renacimiento. Mientras el Renacimiento se caracterizó por rescatar la cultura clásica, el antropocentrismo, la búsqueda de la perfección y la simetría, y abarcó temas como el amor y la belleza, el Barroco estuvo teñido por el pesimismo, la asimetría y buscaba reflejar pasiones y despertar emociones.
Exaltó los valores de la religión y de la monarquía. Durante el Barroco se realzó la figura de la monarquía absoluta, y la Iglesia católica utilizó las diferentes expresiones artísticas como medio propagandístico, frente a la amenaza del protestantismo. Así se construyeron grandes palacios, iglesias y catedrales que buscaban destacar la idea de lo nacional y lo religioso.
Produjo obras ostentosas y elegantes. Este período se caracterizó por hacer foco en los detalles y generar piezas exuberantes, llamativas y recargadas. Se suele relacionar al Barroco con el término “horror vacui”, que hace alusión al relleno total de una obra, sin dejar lugares vacíos.
Representó pasiones. Los artistas de este período buscaron despertar emociones en los espectadores o lectores, para eso hicieron uso del detalle, las luces y sombras y los recursos literarios. Buscaban generar un efecto y para eso recurrían a la ornamentación.
Se expresó en las diferentes artes. El Barroco fue un movimiento muy amplio porque tuvo exponentes en los distintos campos y disciplinas artísticas, como la pintura, la escultura, la arquitectura, la literatura y la música.
Consecuencias de la contrarreforma
La reforma católica del siglo XVI o contrarreforma, crea en el Concilio de Trento referencias para la uniformidad de la Iglesia católica bajo el papado romano.
Algunas de las consecuencias que la contrarreforma crea son, por ejemplo, el poder de la Santa inquisición en América con la reanudación del Tribunal del santo oficio, la censura del conocimiento con la creación del Índice de los libros prohibidos (Index) y la creación de nuevas órdenes religiosas dedicadas a la catequización de los nativos y paganos de los nuevos territorios.
La estética del barroco fue consecuencia, en parte, del impacto de ciertos antecedentes históricos que promovieron la eclosión de propuestas artísticas muy diversificadas en los años siguientes.
Por un lado, el descubrimiento de América en 1492 puso fin al aislamiento del continente americano. Con ello, favoreció la consolidación del absolutismo, la conquista y colonización de América, el triunfo de las compañías comerciales y el tráfico transoceánico.
Por su parte, la Reforma luterana en 1517 y la Contrarreforma católica en 1545 rompieron la unidad cultural y espiritual de Europa. En medio de esto, la teoría heliocéntrica de Copérnico hacia 1543, los avances de Galileo y las leyes de Kepler conmocionaron las bases del creacionismo y el antropocentrismo.
Sumemos a ello la crisis de Europa en el siglo XVII. Caída de la economía, revolución de precios, levantamientos sociales, guerras (Guerra de los 30 años, Crisis de 1640 en España), hambrunas, epidemias y caída del índice demográfico, etc.
Todo ello coadyuvó para que el barroco se expresara en un arte muy dinámico, creativo, original y, sobre todo, diverso en su universo de estilos, temas y recursos en cada país donde se manifestó.