La Defensoría del Pueblo es una institución que nace de la decisión de crear una nueva ley, cuya existencia y forma nos permitirá reconocer, desarrollar, comunicar y hacer efectivos los derechos humanos de los bolivianos y bolivianas. Los tratados contenidos en la constitución están reconocidos por el derecho internacional de los derechos humanos y están en manos de los pueblos indígenas y las tribus y pueblos africanos. Nuestra organización está comprometida con los derechos humanos en pensamiento y vida, y durante quince años ha creado un trabajo duradero para ayudar a personas, comunidades y quienes viven en áreas vulnerables, perseguidas, resilientes o embrujadas. Esta es una prohibición. Nuestros principios de libertad, acceso, rapidez y cooperación son la forma en que cumplimos con nuestras responsabilidades constitucionales, y lo hacemos de acuerdo con nuestras creencias como la integridad, el servicio, la lealtad, el respeto y la grandeza. Estamos al servicio del pueblo y la sociedad para proteger, vigilar y promover la práctica y ejercicio de los derechos humanos que creemos necesarios y necesarios para construir una nación multiétnica de justicia, igualdad, libertad y paz.