La RSE debería ser una obligación para los sectores productivos de la sociedad, porque es una herramienta vital para la lucha contra los grandes males que aquejan a nuestra sociedad en la actualidad, como lo es; la destrucción del medio ambiente, producto de actividades extractivistas y la contaminación generada por diversos procesos industriales; la discriminación u desigualdad, reflejada mediante el irrespeto hacia otras personas por motivos religiosos, etnicos, nacionales o fisio-psiquicos; y el irrespeto al trabajador, que se observa mediante la aplicación de tecnicas que ponen en peligro la integridad del trabajador; situaciones las cuales se pueden mejorar considerablemente si las empresas proponen objetivos concretos y realizar acciones e inversiones significantes con tal de mejorar la situación del trabajador, de la comunidad, del consumidor y del medioambiente, las cuales nos acercaran a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, consecuentemente, a la edificación de una sociedad más justa (Israel Tercero)
A nuestra forma de ver el cumplimiento de la RSE debería de ser de carácter obligatorio, hoy en día la sociedad no ha avanzado, pues aún es notorio las afectaciones naturales generados por las empresas, el desempleo y difícil acceso a varios productos básicos. El cumplimiento de la RSE, a base de todas estas circunstancias, se tiene que convertir en una ley obligatoria, pues a pesar de los problemas evidentes que hay a nuestro alrededor, muchas empresas siguen sin aceptar el cumplir la RSE, es por eso que el cumplimiento de la RSE debe de volverse una obligación para las empresas, o de lo contrario tendremos grandes problemas a futuro (Diego Gómez).