El aumento de la población mundial y la creciente intensidad de las actividades humanas requieren obtener de la naturaleza una cantidad de recursos cada vez mayor, a fin de proporcionar alimento, vestido, medicamentos, energía, etc. Esta sobreexplotación de los recursos naturales tiene consecuencias para el entorno y pone en peligro la sostenibilidad del planeta y, por tanto, la de las futuras generaciones.