Para favorecer el pensamiento crítico, la American Association for the Advancement of Science
(Lawson, 2002) propone actividades basadas en la recogida y el uso de pruebas, relacionando el conocimiento con la manera de encontrarlo o construirlo. Entre estas actividades señala la de dar significado y entidad a las preguntas destacando las capacidades de reconocer preguntas causales a partir de la observación de la naturaleza o, en el contexto de un texto o artículo, de distinguir preguntas causales de preguntas descriptivas, de diferenciar entre una observación y una pregunta, de reconocer una preguntas gunta tanto si se expresa de forma expositiva como de forma interrogativa, y de plantear una cuestión teniendo en cuenta su posible respuesta (hipótesis).
Otro de los objetivos de las preguntas del profesorado puede ser el de establecer puentes entre el conocimiento experto y el del alumnado para promover la evolución de sus modelos explicativos iniciales hacia modelos que incorporen una visión más compleja. Márquez, Roca, Gómez, Sarda y Pujol (2004)
definen las características de las que llaman preguntas mediadoras como aquellas que están planteadas desde una visión dinámica, focalizadora y escalar, y se formulan con la finalidad de orientar el proceso
de modelización del alumnado.