Aves: son sus alas, las que les han permitido conquistar este elemento. Además cuentan con otras adaptaciones como son sus huesos huecos o plumas que les ofrecen protección y al mismo tiempo son muy ligeras. Algunos ejemplos de aves son: palomas, canarios, jilgueros, golondrinas, gaviotas, águilas, halcones, tucanes, pelícanos, flamencos y loros. Como ejemplo, podemos observar la foto de portada de este artículo en la que vemos a una especie de gaviota volando.
Mamíferos: los murciélagos o quirópteros son los únicos mamíferos que pueden volar y que, por tanto, forman parte de ecosistemas aéreos, aunque también existen algunos animales que, aunque no pueden volar, planean, mediante el uso de una piel similar a las alas como es el caso de ardillas, lagartos y serpientes.