Comercio a larga distancia: se llevaba a cabo en ferias anuales, como las de Champagne (Campaña). Gracias a este sistema, se organizaron núcleos comerciales, que unían ferias en ciertas zonas, como la del Mediterráneo, donde destacan Venecia, Génova, Florencia y Barcelona. Gracias a ellas se crearon asociaciones de comerciantes, aparecieron los cambistas de moneda y los banqueros.