Es el "líder" del equipo, tanto dentro del campo, como fuera, en los despachos. Debe ser capaz de armar el equipo más competitivo posible, disponiendo de un material del que depende según la entidad.
A nivel formativo, un entrenador de baloncesto común no puede vivir de ello, pues suelen conseguir unos sueldos bastante bajos para el trabajo realizado, llegando a rondar los 300 euros en un muy buen equipo.
Aunque a nivel profesional, un entrenador cobra mucho más dinero que cualquier otro trabajo "común", pues basan toda su vida a ello.
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