Si lo que pretendemos es que nuestros niños tengan un pensamiento crítico, es imprescindible que fomentemos en nuestras escuelas el desarrollo de la creatividad y de la imaginación. Desde el entorno, la experiencia y el desarrollo del niño; se desarrollan la creatividad, la sensibilidad, la autoestima, la imaginación, la empatía, la curiosidad, el juego simbólico, la motricidad, etc. con todo esto lo que estamos haciendo es que el niño ponga en uso todo lo que quiere manifestar y plasme sus sentimientos, es decir, es un gran medio para que la expresión del niño fluya y aporte una gran cantidad de ideas y desarrolle sus aptitudes y cualidades en todos los aspectos.