En neonatos signos de septicemia, fiebre, hipotermia, episodios apnea, mala perfusión, distensión abdominal, diarrea, vomito, letargia e irritabilidad.
- En lactantes mayores déficit crecimiento, diarrea, vómitos, fiebre y orina maloliente.
- Niños con dolores abdominales, vómito, diarrea, orina fétida, fiebre y crecimiento deficiente y en niños mayores enuresis, polaquiuria, disuria y molestia suprapubica.