El fumar es un factor de riesgo ya que la nicotina se absorbe rápidamente en el sistema nervioso central, llega al torrente sanguíneo y a las glándulas suprarrenales, lo cual estimula la liberación de adrenalina. Esto provoca vasoconstricción, aumento de la frecuencia cardíaca y mayor contractilidad del corazón, lo que resulta en un aumento de la presión arterial. Además, la nicotina produce un metabolito llamado cotinina, el cual degrada y inhibe el óxido nítrico, lo que conduce a una vasoconstricción generalizada.