Los animales a groso modo se pueden dividir en dos grandes grupos, de acuerdo a la presencia o ausencia de una columna central o columna vertebral. Los vertebrados, como los peces, ranas, reptiles, aves y mamíferos, poseen una columna vertebral y un cráneo. Los invertebrados, como los insectos, moluscos y gusanos, carecen un armazón interno.
Las células no presentan pared celular: las células de los animales, a diferencia de los hongos y las plantas, no poseen pared celular, estructura de protección que se encuentra por fuera de la membrana celular.
Dependen de otros seres vivos para su nutrición: es decir, son heterótrofos. Los animales deben consumir otros seres vivos, como plantas, hongos y otros animales, para poder obtener los materiales y la energía que necesitan para vivir.
Son multicelulares: hasta los animales más simples están compuestos por múltiples células, con características y funciones diferentes.
Digieren sus alimentos en una cavidad interna: la mayoría de los animales tienen que ingerir sus alimentos para digerirlos internamente.
Son eucariontes: los organismos del reino animal están formados por células eucariotas, tipo de célula que presenta una estructura interna compuesta de membrana llamada núcleo.
Se reproducen sexualmente: los animales producen unas células especializadas llamadas gametos, que se fusionan para generar un nuevo individuo en la especie.
Se mueven por contracción de fibras: los organismos del reino animal se mueven por células especializadas que se pueden contraer y relajar.