Lázaro, un huérfano, es entregado a un ciego para que sea el criado de este. A medida que crece, pasa por diferentes amos y tiene una vida muy dura. El último amo lo casa con una criada con la que mantiene relaciones sexuales para usarlo de tapadera y, además, le ofrece un hogar. El protagonista, aunque se entere de estos rumores, le es indiferente, ya que nunca había tenido un hogar, trabajo ni comida y está agradecido de ello.